¿Cómo curar la bronquitis?


La bronquitis es el resultado de la inflamación de los conductos que transportan el aire al interior de los pulmones y de ellos de nuevo al exterior, para así llevar a cabo la respiración. Estos conductos, que se conocen como bronquios (y conectan la tráquea a los pulmones), son también el canal de salida de las secreciones que se forman a este nivel.

Cuando los bronquios están inflamados o infectados entra menos aire a los pulmones y también sale menos cantidad. Como consecuencia, se tose mucho expulsando esputo o flema.

Se dice que la bronquitis es crónica cuando este tipo de tos es persistente y cuando no hay otra enfermedad subyacente que pueda explicar su origen.

¿Cuando es frecuente la bronquitis?

La bronquitis aguda es más frecuente en otoño e invierno, ya que los microbios que las ocasionan sobreviven y se multiplican más fácilmente en un ambiente frío.

¿Cuál es la incidencia de la bronquitis?

Es complicado saber su incidencia, es difícil porque cuando los síntomas son leves, los pacientes no consultan en los centros de salud, dificultando así el cálculo en detalle de los casos.

Causas de la bronquitis

La causa más frecuente de las bronquitis agudas son microorganismos que infectan y, en consecuencia, inflaman los bronquios.
Los microbios responsables tienen diferente naturaleza, bacterias o virus, encontrándose en nuestro entorno diario. Es en épocas frías cuando se favorece a su multiplicación.

¿Cómo se produce el contagio de la bronquitis?

El contagio se produce mediante dos vías:

  • A través del aire: al toser y estornudar. Por eso se recomienda proteger a los demás cubriendo nariz y boca en estos casos.
  • A través de contacto directo con piel o superficie que contenga el microbio: por ejemplo, la mano con la hemos controlado el estornudo o la tos puede transmitir el microbio. Frecuentemente, no somos conscientes de estos gestos cotidianos. De ahí la insistencia con el lavado de manos.

Síntomas de la bronquitis

  • La bronquitis se manifiesta habitualmente con tos.
  • Con producción de mucosidad.
  • Fatiga
  • Dificultad para respirar .
  • Fiebre ligera y escalofríos.
  • Molestia en el pecho.

Los síntomas de la bronquitis crónica empeoran cuando aumentan las concentraciones de dióxido sulfúrico y de otros contaminantes en el aire, y lo hacen aún más cuando los afectados fuman. A menudo, las personas no prestan atención a la bronquitis crónica hasta que la enfermedad está en una etapa avanzada, porque creen erróneamente que la bronquitis no supone un riesgo importante. Cuando el paciente finalmente va al médico, muchas veces sus pulmones ya están lesionados y el riesgo de padecer problemas respiratorios graves o de sufrir un fallo cardiaco es elevado.

Si tienes bronquitis aguda, es posible que tengas síntomas de resfrío, como dolores generalizados o dolores de cabeza leves. Si bien estos síntomas suelen mejorar en, aproximadamente, una semana, es posible que tengas tos molesta durante varias semanas.

La bronquitis crónica se define como una tos que dura, al menos, tres meses, con episodios recurrentes durante, por lo menos, dos años consecutivos.

Si tienes bronquitis crónica, es probable que tengas períodos en los que la tos u otros síntomas empeoran. En esos momentos, es posible que tengas una infección aguda además de la bronquitis crónica.

Consulta con tu médico si la tos tiene las siguientes características:

  • Dura más de tres semanas.
  • No deja dormir.
  • Está acompañada de fiebre mayor a 38 °C.
  • Produce mucosidad descolorada.
  • Produce sangre.
  • Está acompañada de un silbido o de dificultad para respirar.

¿Cómo prevenir la bronquitis?

La prevención se centra, fundamentalmente, en proteger la vía aérea en los ambientes fríos y evitar el contagio lavándonos las manos.

Para reducir el riesgo de contraer bronquitis, sigue los siguientes consejos:

  • Evita el humo del cigarrillo. Este aumenta el riesgo de padecer bronquitis crónica. Las personas que fuman o que viven con un fumador tienen un mayor riesgo de contraer tanto bronquitis aguda como crónica.
  • Lávate las manos. Para reducir el riesgo de contraer una infección viral, lávate las manos con frecuencia y acostúmbrate a usar desinfectantes para manos a base de alcohol.
  • Usa mascarilla quirúrgica. Si tienes una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, puedes considerar la posibilidad de usar una mascarilla en el trabajo si estás expuesto al polvo o a vapores, y cuando estés en contacto con mucha gente, como mientras viajas o estás en el Cine. El riesgo de contraer bronquitis es mayor si trabajas cerca de ciertos irritantes pulmonares, como granos o textiles, o si estás expuesto a gases de sustancias químicas.
  • Baja resistencia. Puede ser resultado de otra enfermedad aguda, como un resfrío, o de un trastorno crónico que compromete tu sistema inmunitario. Los adultos mayores, los bebés y los niños pequeños son más vulnerables a la infección.
  • Reflujo gástrico. Los episodios recurrentes de ardor de estómago grave pueden irritar la garganta y hacer que seas más propenso a contraer bronquitis.

Complicaciones

Aunque un único episodio de bronquitis no es motivo de preocupación, en algunas personas puede provocar neumonía. No obstante, los episodios recurrentes de bronquitis pueden indicar que tienes Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

Tipos de bronquitis

Según el tiempo de duración o evolución:

Agudas y crónicas.

  • Agudas: de reciente aparición y poca duración.
  • Crónicas: Cuando una persona padece más de dos episodios anuales de bronquitis. En este caso debe de ser valorado por el médico de familia y/o neumólogo.

Según la causa que la desencadena:

Infecciosa, Irritativa y alérgica.

  • Infecciosa, que en ocasiones se acompaña de fiebre y podemos distinguir dos tipos:
  1. Por Virus: los virus suelen producir secreciones transparentes o blanquecinas. No se trata con antibióticos porque no combaten a este tipo de microorganismo.
  2. Por Bacterias: las secreciones son amarillentas o verdosas. Se suelen tratar con antibiótico.
  • Irritativa: el ambiente cada vez más cargado con agentes contaminantes o humo de tabaco puede favorecer la aparición de bronquitis.
  • Alérgica: en este caso depende de la predisposición del individuo a que determinados alérgenos del ambiente, principalmente los ácaros, pólenes y epitelio de animales, desencadenen la inflamación bronquial.

Tratamientos para la bronquitis

El tratamiento va dirigido al control y mejoría de los síntomas, así como a la causa de la cual se sospecha:
Tenemos a:

  • Hidratación: es importante la ingesta de líquidos, preferiblemente de agua.
  • Antitérmicos (medicamentos que reducen la temperatura): en caso de presentar fiebre.
  • Antibiótico: solo si se sospecha que la causa es una bacteria y únicamente prescrito por el médico. En los niños, la amoxicilina es el fármaco de elección habitual.
  • Inhaladores: es el tratamiento que se administra a través de la vía respiratoria. Suelen recomendarse los que contienen corticoide y broncodilatador porque desinflaman y dilatan los bronquios, aumentando su calibre para facilitar el paso del aire.

Debido a que la bronquitis aguda es generalmente ocasionada por un virus, el doctor puede que no prescriba un antibiótico (debido a que los antibióticos combaten las bacterias pero no los virus).

Algunas recomendaciones

El doctor recomendará que bebas muchos líquidos, que descanses y puede sugerirte que tomes una medicina para la tos.

En algunos casos, puede recetarte un broncodilatador u otro medicamento típicamente utilizado para tratar el asma. Estos medicamentos generalmente son administrados a través de inhaladores o nebulizadores para ayudar a relajar y abrir los conductos bronquiales y eliminar las mucosidades para que sea más fácil respirar.

Si sufres de bronquitis crónica, la meta es reducir tu exposición a cualquier agente que irrite tus conductos bronquiales. Para las personas que fuman, esto significa que deben de dejar el hábito.

Si padeces de bronquitis pero no fumas, evita estar expuesto al humo que proviene de otros fumadores.

Las bronquitis se resuelven entre una o dos semanas después de su comienzo. Es importante saber que la tos, que normalmente es lo que más nos desespera, suele ser el síntoma inicial y también el último en desaparecer.

Cuando no existe una mejoría de los síntomas durante los primeros dos o tres días de tratamiento, se aconseja nueva valoración médica.

También puede ocurrir que se lleve a cabo una correcta recuperación, pero que se presenten episodios repetidos, en cuyo caso debe descartarse que exista alguna enfermedad respiratoria crónica de base.

Las recaídas se pueden prevenir siguiendo el consejo médico para la recuperación. Principalmente, evitando suspender precozmente el tratamiento cuando se empieza a notar la mejoría y huyendo de factores de riesgo como el tabaco.

Bronquitis Asmatiforme

Es una forma de bronquitis con disnea respiratoria (dificultad para respirar y descompensación respiratoria), cuya sintomatología se presenta de manera similar a la del asma.

Puede presentarse de manera eventual, a raíz del contagio por un virus, por ejemplo, o puede ser crónica. Las bronquitis asmatiformes agudas suelen ir acompañadas de una infección bacteriana o viral que afecta a la mucosa de los bronquios. La duración de esta afección puede extenderse de pocos días a varias semanas, dependiendo del grado de gravedad del que se trate la infección. Mientras cursa la infección bronquial, el organismo sigue produciendo elevados niveles de flemas que congestionan los tubos bronquiales, y son expulsadas por el cuerpo a través de la tos y la expectoración.

Causas de la bronquitis asmatiforme

A nivel interno el componente psicológico es importante, siendo los conflictos psicoemocionales el origen fundamental. La angustia y la ansiedad incrementan los síntomas, teniendo en cuenta que también hay una predisposición genética.

A nivel externo: polen, polvo, ácaros, tabaco, alergias, etc.

La bronquitis asmática suele ir acompañada de tos y dificultad para respirar. Otros síntomas pueden incluir como la fatiga, dolores de cabeza, fiebre leve y dolor en el pecho. Las personas con bronquitis asmática también han informado de la sensación o el sonido de ruidos en el pecho al respirar.

La bronquitis y el asma son dos tipos de inflamaciones de las vías respiratorias. La bronquitis es la inflamación de las vías respiratorias generalmente causada por infecciones virales o bacterianas. Los tratamientos para la bronquitis asmatiforme son esencialmente los mismos que los utilizados para tratar el asma y la bronquitis. Pueden incluir:

Broncodilatadores de acción corta.

Corticosteroides inhalados.

Modificadores de leucotrienos.

Antibióticos.

Remedios naturales para la bronquitis asmatiforme

Por ejemplo la Fitoterapia

Para mejorar los síntomas de la bronquitis asmática, podríamos hacer:

  • Una infusión de malvavisco: La infusión de malvavisco ha sido utilizada tradicionalmente como calmante y reduce la hinchazón, también ayuda a las irritaciones de la piel y las inflamaciones.
  • Infusión de regaliz: Entre sus propiedades están: Laxante, Expectorante, Antiséptica, Antibacteriana, Antiinflamatoria, Inmunoestimulante, Antivírica e Hipertensora.
  • Infusión de marrubio: Los principios amargos le confieren propiedades como expectorante con acción sobre el árbol bronquial.
  • Infusión de erísimo: un remedio natural para afonías, laringitis, la congestión de las cuerdas vocales, o bronquitis crónica. Y por sus componentes azufrados ayuda a reforzar las defensas.
  • Infusión de anís verde: Mejora las dolencias respiratorias, como bronquitis, asma y gripe. Además alivia los casos de barriga o vientre hinchado, favorece el sueño, mejora las cefaleas como migrañas y también se usa para el ardor de estómago o agruras.

Todas estas plantas ayudan a limpiar el pulmón por su efecto expectorante.

En nuestra Alimentación

Es importante incorporar alimentos como el rábano, jengibre, ajo, cebolla y pimienta por sus propiedades expectorantes.

Rabanitos

Vitaminas antioxidantes como la vitamina A, C y E, que ayudan a proteger al cuerpo del daño generado por las sustancias tóxicas del entorno y a regenerar las mucosas dañadas.

Ácidos grasos Omega 3, que son antiinflamatorios de las mucosas de las vías respiratorias.

Beber mucha agua. Es importante intentar evitar comer lácteos o derivados de lácteos en los casos de bronquitis asmática por su gran acción mucógena, producen flema.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *